El parque de Oza en A Coruña ocupa lo que fueron prados, huertas, muros y caminos, viejos arboles y frutales, afortunadamente algunos de aquellos arboles y muros se han respetado, conectando exquisitamente la remodelación actual con una vida anterior.
Cuando los técnicos municipales nos permitieron una propuesta para Oza, acondicionamos la plataforma baja, situada en una zona plenamente urbanizada, como un área de juegos para los niños pequeños. Allí como mandan los cánones de la pedagogía, todo tenía que ser figurativo y con colores básicos intensos.
En la plataforma alta, contigua al parque y próxima a magníficos arboles de gran porte, teníamos que crear algo transparente y neutro, que no compitiese con la madre naturaleza, que amando el entorno fuese transparente, resaltando la naturaleza casi con una filosofía Zen, como esas puertas que enmarcan un paisaje maravilloso imposible de superar por ninguna obra humana.
Pensamos en una zona de juegos para adolescentes y adultos, con un diseño abstracto pero insinuante. Un adolescente no es un niño, desea usar los elementos que él descubre, no es necesario que le sean indicados, un adolescente está imbuido por lo que se llama en psicología el espíritu de reafirmación. Desde el punto de vista de la ingeniería un adolescente tiene el peso y energía de un adulto, por eso preparamos una estructura técnicamente apta para todas las edades, para que todos puedan jugar y además puedan jugar muchos al mismo tiempo.
Propiciamos entonces no solo la integración en el espacio sino la integración generacional.
Prometeo, el juego para “mayores” está realizado con madera y acero, como dos mástiles de velero fijados con sus obenques, visualmente no ocupa, no compite con el paisaje, se somete a lo natural, porque el bienestar en la naturaleza es un impulso innato en el ser humano, porque la naturaleza nos cura.
La biofilia como concepto definido por Edward O. Wilson, nos explica que el hombre no puede estar desarraigado de lo natural, que el contacto con lo natural es saludable e incluso terapéutico, pero el hombre además de lo natural precisa de la socialización, de un espacio público para encontrarnos, para explorarnos y comprendernos al tiempo que amamos la naturaleza.
Prometeo como espacio de juego y Oza como parque son el resultado de todo esto, no solo del trabajo de los ingenieros, urbanistas, jardineros y diseñadores, es sobre todo el resultado de una filosofía, de una conquista social, un espacio público culto que mejora la autoestima de sus pobladores.
El camino de nuestra especie es desarrollar la inteligencia social, Galopin aporta en Oza un entorno amable para los mas pequeños y también para los adolescentes y adultos. Aquellos niños que disponen de espacios para la socialización y para la práctica del juego libre y natural, acaban desarrollando mayor inteligencia emocional y por ello alcanzando éxito y felicidad.
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